miércoles, abril 30, 2008

me pareció ver un lindo gatito!





En este blog, gentileza de Mr. Wolf, encontré esta foto. Me encantó. Si es una broma es estupenda, si es verdad... bué, no me puedo imaginar cómo hizo para atrapar esa comadreja.

La sola idea de refugiar una comedreja pensando que es un gato, sinceramente, es hilarante.

No se si alguna vez se toparon con una, pero es un bicho bien agresivo. Precisamente: "Not very friendly", Nada friendly, hermano, si te agarra, te arranca la mano. Bicho de porquería, la comadreja.

Es un prueba, no escuches esto.

martes, abril 22, 2008

quereme así, piantao


Este principio de melómana me lo contagió Jahey. Siempre dando gracias, claro, porque ir por ahí con la música en los oídos es una maravilla. Más cuando los kilómetros se suman en el día a día.

Hoy, al disfrute de la música se sumó un hecho fortuito (¿fortuito?) que vino a realzar el milagro de ponerle una banda sonora a lo cotidiano de un viaje cualquiera.

Las 19:15, sentada del lado derecho del bus, prendo el mp4 preparándome para el viaje. Pinta Balada para un Loco y cierro los ojos mientras recito con Amelita este tango (sí, tango) que es el que más me gustaría saber cantar.

Y por lo que sea (casualidad o sincronicidad) abro los ojos cuando dice: “no ves que va la luna rodando por callao” y veo, precisamente, la luna, a centímetros del horizonte, rozando los techos de la ciudad, con esa mella que le hace el menguante pero de un maravilloso tono rojizo.

(Mientras seguía sonando la balada, se superponía Viglietti cantándole a Jacinto Vera y a esa misma luna que corría, blanca, entre las casas de chapa y madera, a esa voz se le suma la de García Lorca cantándole a su moneda de plata que resucita en primavera, a su luna en la fragua (y su polizón de nardos) a su luna alta que se refleja en el agua y claro, luna, agua, Cortázar, su voz y vos temblando)

Eso fue hoy. Pero algunos días atrás me pasó algo similar, pero con canciones de la Pequeña Orquesta Reincidentes (de nuevo, gracias Rodia)

Nuevamente en viaje, mientras trataba de entrarle a Fausto, llego a este fragmento:

“Y tú, vacía calavera, ¿por qué me miras riendo con sorna, cual si me dijeras que tu cerebro, desconcertado en otro tiempo como el mío, buscó la serena luz del día, y sediento de verdad, erró lastimosamente en el triste crepúsculo?

Releo ese fragmento y nuevamente, por el azar que -yo tampoco- busco comprender, presto atención a lo que está sonando y era el tema “Desvelo" y puntualmente esta estrofa:

“Busco luz en el hueco del alma
cuando el día se va
enredando en sus rayos la ilusión.”

Maravilloso. Sobre todo porque las dos estrofas anteriores venían diciendo:

Por ver lo que no se ve
la huella en la oscuridad
azul como las hojas del invierno feroz
me pierdo entre las horas y los días sin vos
jazmín del viento al vendaval.

Vacío de pensar y pensar
la noche hace nido en mí
así me escapo siempre por el mismo lugar
así cuento los pasos que doy sin tropezar
rincón por donde andar y andar.

Maravilloso, vuelvo a pensar (y pensar) y fue un regalo para el resto del día.

Y la yapa. La yapa, en realidad, fue el primero de estos toques mágicos entre la música y lo cotidiano.

Sucedió nuevamente en el bus, viajaba del lado del pasillo escuchando (sí, otra vez) la Pequeña Orquesta Reincidentes. En este caso sonaba “turba”: Pues que cuando llega el verso “Disparaba al viento: arena” pequeñas y sutiles partículas caen en mi rostro desde lo alto y claro, lo primero que pensé fue: arena!

Pero no, no era arena, era yerba!!!! je, el muchacho del asiento vecino llevaba yerba en la mochila que estaba en el portaequipaje justo justo sobre mi. Luego de sacudirme las pecas verdes (que se sumaron un instante a las otras) acomodé la mochila y seguí el viaje.

Estoy esperando el próximo episodio de estos extraños sucesos, por las dudas borré del mp4 “el ómnibus” de Leo Maslíah, no sea cosa que…


En fin, les dejo a Amelita... quereme así... piantaoo.. piantaaaoooo piantaoooo... (qué bueno que puedo cantar al menos en el blog)

tiempo para buscar, tiempo para perder

Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol:
un tiempo para nacer y un tiempo para morir,
un tiempo para plantar y un tiempo para arrancarlo plantado;
un tiempo para matar y un tiempo para curar,
un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;
un tiempo para llorar y un tiempo para reír,
un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;
un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas,
un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse;
un tiempo para buscar y un tiempo para perder,
un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;
un tiempo para rasgar y un tiempo para coser,
un tiempo para callar y un tiempo para hablar;
un tiempo para amar y un tiempo para odiar,
un tiempo de guerra
y un tiempo de paz.


Cuando uno vuelve a su escuela después de varios años tiene la impresión que a la achicaron. Los salones, enormes en su momento, son más bien chicuelos. El patio, escenario de agotadoras correrías, ahora lo surcamos en 5 pasos locos, y así.

Lo mismo me pasa con la memoria de los sabores.

Hace un tiempo escribí medio al tun tun sobre mis árboles “sagrados”. Al nacer en zona rural, se convierten en amigos y sus frutos en regalos.

Nísperos, pitanga, quinotos, ciruelas, guayabas, granadas, limas… cada una en su época. Guarda mi memoria un recuerdo delicioso - literalmente- de estas frutas relativamente exóticas.

Ayer, cuando llegué a la casa de mis padres, no veo pero huelo a guayabas. (Pero las guayabas uruguayas, no las brasileras que son más bien inmundas de oler) Andanada de buenos recuerdos y ese anhelo de tener, aunque sea vía papilas, un poco de esa infancia en pleno 2008.

El ritual de siempre, cuchillo y cucharita de café. Se corta al medio y se extrae la pulpa con la cucharita (de café, que es el tamaño exacto) Y lo que temía, a los 6 años la guayaba me parecía mucho más sabrosa que ahora. Comí algunas, mientras recordaba un par de anécdotas con mis padres (una incluye la ves que sentada bajo el guayabo se me dio por pasar la mano por el lomo a una gata peluda como esta, mientras decía un inocente “qué lindo”. (Era bichera que daba miedo, pero luego de ese episodio aprendí un par de cosillas sobre la madre naturaleza, los mecanismos de defensa de algunos bichos y las metáforas)

Como corolario, entre las guayabas encuentro una granada. Más buenos recuerdos. En aquella época en que la tele empezaba a las 17 horas, comer una granada suponía un buen rato de entretenimiento cuando una tiene 4 años.

Así que me apliqué a la granada: lo de las guayabas, de chica la fruta me parecía más sabrosa. Realmente, qué le encontraba, no sé, ese trabajo de gallina sacando cada granito que además es más semilla que pulpa… en fin, mi padre comentó que la abuela hacía licor con las granadas. Así que me pareció más útil desgranarla para eso.

Y luego, vencida de la edad sentí mi espada. Ya no es el tiempo de las guayabas al pie del árbol. Pero no por eso dejo de agradecer que ese aroma me traiga tan buenos recuerdos.

Igual voy a insistir, algún día puede aparecer la guayaba con el sabor exacto a infancia.
El momento oportuno

Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa
bajo el sol:
un tiempo para nacer y un tiempo para morir,
un tiempo para plantar y un tiempo para arrancarlo plantado;
un tiempo para matar y un tiempo para curar,
un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;
un tiempo para llorar y un tiempo para reír,
un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;
un tiempo para arrojar piedras
y un tiempo para recogerlas,
un tiempo para abrazarse
y un tiempo para separarse;
un tiempo para buscar
y un tiempo para perder,
un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;
un tiempo para rasgar y un tiempo para coser,
un tiempo para callar y un tiempo para hablar;
un tiempo para amar y un tiempo para odiar,
un tiempo de guerra
y un tiempo de paz.

Eclesiastés capítulo 3.

lunes, abril 21, 2008

Tía.

- Qué hiciste el fin de semana?

- Dibujé cientos de princesas, me disfracé, canté, conté cuentos, pinté, me pintaron, moldeé con plasticina, miré la misma película 3 veces, dormí mal –me desplazaron de mi cama-, armé de todo con ladrillitos, cociné, jugué con las barbies, resolví acertijos e intrincados laberintos, abracé, me abrazaron y me reí muchísimo.

Fotos que testimonian cada una de estas actividades existen, pero esta es algo así como un resumen del fin de semana de tía exclusiva:


Igual, qué bueno es volver a la paz y traquilidad del hogar :)

viernes, abril 18, 2008

a mover esas cabezas...!!!


Me estoy volviendo adicta a la peluquería. Bueno, sólo un poco, tampoco es la gran cosa. Pero, como ahora tengo canje, puedo ir una vez por semana.

Voy los viernes después de trabajar a lavarme la cabeza. Si bien puede parecer algo sencillo, a veces el medio metro de pelo me supera y termina la semana bastante enredado.

Para lo último dejo lo más importante, es sumamente placentero el masaje adicional al lavado. Estas muchachas saben lo que hacen.

A esto se le agrega el placer de las charlas de peluquería… ahhhhh!!! Increíble. Hay que estar ahí para escucharlas hablar de la vida y las vecinas. De la economía mundial y doméstica. Es fantástico.

Estando ahí tuve un par de ideas para le blog, pero se fueron con la espuma del chamú, porque no me acuerdo.

Mientras trato de recuperar esas ideas, cuento de la charla con doña Inés. Doña Inés tiene 87 años y tres pelos locos. Pero va a peinárselos religiosamente cada semana, no de coqueta, pero sí porque está sola.

Ahí vengo a descubrir que este lugar no sólo desenreda un poco el ego de cada mujer, haciéndola sentir más linda (porque eso te pasa cuando tenés el pelo arreglado… claro, si el o la peluquera no te hizo víctima de una masacre capilar) sino que la emprende a tijeretazos con tristezas, problemas, angustias y soledades.

Ojo, no todo es tan noble, corren los chismes, los comentarios malintencionados sobre… todos, prácticamente.

- pero vieja! Eso es de la peluquería de don mateo.

No crea, no pasan minas en cuasiropa, eso se lo puedo asegurar. De todas formas, sí, sé que no estoy diciendo nada nuevo. Sólo estoy diciendo que hoy lo comprobé. Me divierte mucho, a veces las escandalizo con algún comentario y otras las dejo perplejas con perlas de sabiduría.

Es un lugar muy humano, de los pocos que van quedando, ya que los almacenes de barrio están desapareciendo.

miércoles, abril 16, 2008

Mejor ser tapa de Diarios...





...que tapado con diarios.

Eso es lo que quedó de la moto. Ahí viajaba mi hermano, yendo a buscar a mi sobrina a la escuela.

Está bien, no le pasó nada más serio que unos raspones. Como dice la noticia, era para matarse y se salvó de milagro. (se salvó porque escuchó venir la camioneta y frenó -a pesar de tener la derecha- por eso lo golpeó sólo en la rueda delantera. La camioneta pudo frenar recién a la media cuadra)

El de la camioneta no tenía libreta ni seguro y sí antecedentes en accidentes de tránsito y el juez lo soltó al rato porque no había sido un accidente serio. El criterio es asombroso, más que nada cuando estamos en pleno movimiento para combatir a los conductores irresponsables. Unasev, tomá pa' vos!

Pero no voy a hablar de tránsito hoy. Sólo quería decir, por intermedio de este humilde post, lo feliz que me hace no sumar un hermano a las estadísticas.

martes, abril 15, 2008

Aniversario


"Sin adioses, el amar y el morir nunca son olvido"
Si te vas - Alfredo Zitarrosa

Jung, cántaros, La Bastilla, cocodrilos, Daniel san, vino, Villa Serrana, Fuentes, Espectros, Cortázar, bufanda, sms, talismán, humo, abrazos, Saltamontes, Agujeros, almohadones, ermita, tapices, Salamandra, naranjas, sol, una alfombra, copas bordeaux, presentaciones, ñoquis, Blancanieves, medio y medio, dibujar, Tres Cruces, besos, minuano, salsa por todos lados, olvido, cartas que no sirven, Turil, Dopey, sonrisas, mantel, msn, tuya, mate, fuentes, puliiiir, Sade, castañas, grappamiel, descalzos.

martes, abril 08, 2008

La codiciosa y el avaro


Un mes atrás:

A Camila se le cayó un incisivo central inferior derecho.

Le pregunté cuánto pensaba que le dejaría el Ratón Pérez, ya que es un diente muy lindo y bien cuidado. Me dijo: “espero que mil pesos”.

El padre, que estaba cerca, al escuchar ese deseo se apuró a decir:

“pero mirá que el Ratón Pérez anda con monedas de un peso”

Camila se retira, seguramente pensando si no le convendrá más vender el diente en el mercado negro, ya que el roedor paga tan poco. En tanto que el “Ratón Pérez” fue reconvenido por tamaña tacañería.

El domingo pasado
A Camila se le cayó el Incisivo lateral superior derecho.

Le pregunté como se había portado el Ratón Pérez esta vez… Me dejó 50 pesos –contesta- pero no se llevó el diente, así que hoy de noche lo voy a dejar de nuevo abajo de la almohada.

jueves, abril 03, 2008

Madre, eres inmaculada!

Bueno, se acabó el velorio, abramos las ventanas de este blog, que entre sol de otoño, la buena brisa fresca y algunas hojas también, por qué no. Es hora de cambiar de aires.

Y sí, ayer estaba muy triste, tanto tanto que ni yo me soporté mucho más. Robertö tiró un par de buenas ideas que puse en práctica, pues tampoco era cuestión de andar penando por este mundo de Dios ni de andar plañendo en el mundo blogger.

Como bien dirían las selecciones, tenemos a la risa, remedio infalible (a pesar del amargo del hermano George que sostenía el “Decimus humilitatis gradus est si non sit facilis ac promptus in risu, quia scriptum est: stultus in risu exaltat vocem suam.” Prefiero a William que la defendía diciendo “la risa es una buena medicina para curar los humores y otras afecciones del cuerpo, sobre todo la melancolía”. y “la risa es propia del hombre, es signo de su racionalidad.”)

La risa es buen remedio. No porque uno se olvide de los problemas y pesares, sino que se hacen más llevaderos y nos deja ver las respuestas y soluciones con más claridad.

Así que para los que sostienen que La risa abunda en la boca de los tontos, les contesto lo que Victor Hugo: La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano.

Por eso estuvo bueno volver por lo de Rodia anoche y reírme con Marcos y Daniel. Pero quiero compartir una anécdota de mi propia cosecha, que hoy por casualidad recordé y me hizo reír un buen rato.

Más o menos acá todos saben que trabajo en radio. Hago por ahí un programa en el horario de la tarde. Más que nada música y algún parloteo mío para que no se duerman.

El año pasado, el viernes víspera del día de la madre tuve la ocurrente y original idea de dedicarles el tema de Pappo, Mi vieja. (soy mortalmente original, ya ven)

Pero lo que podría haber sido un cierre común y silvestre, más o menos como el de cientos de programas ese día, se transformó en un momento mágico.

El operador, con singular destreza se confundió de disco, todos los hados y genios malvados contribuyeron a que este sujeto pusiera en la bandeja un disco de una ensalada musical diferente al que yo le pedí, donde justo, pero justo el tema 12 –como el de Pappo- era “inmaculada” de Pabellón Psiquiátrico

Ah… no lo conocen… acá está la letra, dice así:

Inmaculada

Ya se que las mujeres no son perfectas
Tienen un defectillo entre las piernas
Unas lo tienen más o menos pequeño
Y otras lo tienen grande, como es mi sueño

Pero esta chiquita de la que hablo
Más que tener un nido, tenía un establo

Le metí una mano, le metí una pierna
Le metí la cabeza y hasta una llave inglesa
Le metí las narices, y dentro me caí

Le metí el sombrero, le metí una oreja
Le metí un saxofón y un helado de fresas
Le metí el bocadillo, y dentro me quede.

(Seguí cayendo dentro de ella, creí que aquel seria EL OCASO!!!!!)

Pero no creas que acaba ahí la cosa
Entre cuatro paredes de color rosa
Después de poco rato encontré gente
Todos me repetían la misma suerte.

Le metí una mano, le metí una pierna
Le metí la cabeza y hasta una llave inglesa
Le metí las narices, y dentro me caí

Le metí el sombrero, le metí una oreja
Le metí un saxofón y un helado de fresas
Le metí el bocadillo, y dentro me quede.

Hace ya mucho tiempo de esto que cuento
Por eso los niños piensan que me lo invento
Yo sigo aquí dentro igual que tu
Que te creías que era el cielo azul.

Le metí una mano, le metí una pierna
Le metí la cabeza y hasta una llave inglesa
Le metí las narices, y dentro me caí

Le metí el sombrero, le metí una oreja
Le metí un saxofón y un helado de fresas
Le metí el bocadillo, y dentro me quede.


Maravilloso: acababa de decirles "conchudas" a miles de madres de este país. Me agarró tal ataque de risa nerviosa… tuve que volver como pude a pedir disculpas y rectificar el error, sin quemar al operador al aire. Ma-ra-vi-llo-so.

A mi me gusta escandalizar a las viejas, pero creo que en esto se nos fue la mano… (la pierna… etc)

Ah… que les prometí una anécdota graciosa y esta no lo fue? Lamento, seguiré participando.

El carnaval del mundo engaña tanto...




No me puedo dormir. El cansancio es buen remedio para la tristeza, pero esta noche pudo más.

Hace un tiempo me leían este poema del mexicano Juan de Dios Peza. Luciendo esplendorosa mi ignorancia ni conocía el poema ni la versión que hace Canario Luna.

Hoy volvió a mi mente.

Yo, en general alegre, ingeniosa y ocurrente para entretenimiento de los demás, no encuentro sosiego para tanta tristeza.

Yo, compañía de tantos cada tarde, cuando se apaga la luz vuelven de a uno, se arriman los fantasmas... pero a darme la espalda, acentuando la soledad.

Pero aún de espaldas les adivino la mueca, sé lo que piensan, están ahí para recordarme mi propia saga montevideana.
Pero no te preocupes, pequeña, uno, dos, tres y cuatro trabajos te aturdirán como siempre, para que no recuerdes, para que no pienses y ¡alegría, alegría! ¿Cómo vas a estar triste vos, justo vos?

y ¡tu quoque fili mi! Dónde estás vos, justo ahora que te necesitaba!

a joderse mija, a joderse, déjese de tanto spleen, que esto es así. Y tráigase un almuadoncito que esto va para largo. Pero ahora: shhh que canta el Canario.



Viendo a Garrick, actor de la Inglaterra,
el pueblo al aplaudirlo le decía:
Eres el más gracioso de la tierra y el más feliz.
Y el cómico reía.

Víctimas del spleen los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez ante un médico famoso,
llegose un hombre de mirar sombrío:
-Sufro -le dijo- un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.

Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión la de la muerte.

-Viajad y os distaeréis. -Tanto he viajado
-Las lecturas buscad -Tanto he leído-
Que os ame una mujer - ¡Si soy amado!
-Un título adquirid -Noble he nacido.

¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas
- ¿De lisonjas gustáis ? - ¡Tantas escucho!
-¿Que tenéis de familia?...-Mis tristezas
-¿Vais a los cementerios?... -Mucho, mucho.

¿De vuestra vida actual tenéis testigos?
- Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.

-Me deja- agrega el médico -perplejo
vuestro mal, y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrick podéis curaros.

-¿A Garrick ? -Sí, a Garrick...La más remisa
y austera sociedad lo busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa;
¡tiene una gracia artística asombrosa !

-Y a mí me hará reír?-Ah, sí, os lo juro !;
él, sí, nada más él...Mas qué os inquieta?...
-Así -dijo el enfermo -no me curo:
¡Yo soy Garrick ! Cambiádme la receta.

¡Cúantos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el autor suicida
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay ! ¡ Cuántas veces al reír se llora!..
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestras plantas pisa
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto;
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.