viernes, diciembre 25, 2009

Feliz Navidad....





"Jesús sigue siendo mi alegría,
consuelo y bálsamo de mi corazón,
Jesús me defiende de toda pena,
Él es la fuerza de mi vida,
el gozo y el sol de mis ojos,
el tesoro y la delicia de mi alma;
por eso no quiero a Jesús fuera de mi corazón y mi vista."

J. S. Bach

jueves, noviembre 05, 2009

Parí un nuevo sobrino

Nombrado como el médico amado y también como un emperador persa, aquel que apoya firmemente el bien.

Grandes nombres para este pequeño...

martes, septiembre 29, 2009

tres veces diez

Ayer cumplí 30 años.

Todavía no me voy a quejar, sé que esto se pone peor y nada gano con lamentos. Sin duda alguna que no estoy donde me hubiera gustado estar a esta altura, pero tampoco sé muy bien si estando en donde quería estar, estaría bien.

No creo.

De todas formas valoro lo que tengo. Pasarlo con mi familia tiene mucho a favor. De eso, de todas formas, hablé ya en otros momentos.

Sólo quería dejar un recuerdo que esta vez no es mío, sino sobre mí.

Nací un 28 de setiembre de 1979 a las 5:45 de la mañana. Al llegar de madrugada al hospital, el doctor que venía a atender el parto, venía con una radio escuchando tango. Para y le pregunta a mi padre:

Ud. Qué quiere, nena o varón?

Nena, dice mi padre, porque ya tenía dos varones y había que variar.

Entonces el dr. cambia de estación de radio porque: “esta no es música de nena” y parece que resultó...

El nombre me lo puso mi hermano, que tenía tres años y seguramente una noviecita en el jardín de infantes que se llamaba Natalia. El segundo nombre me lo puso mi papá, nombre que me hizo llorar en los primeros años de escuela porque los demás se burlaban…

Pero me fui por las ramas.

Parece que mi padre, muy contento con el conjuro del doctor, que terminó por dar resultado porque salí nena, entró a llamar a todos el mundo, despertándolos en una fría mañana de setiembre, para decirles que por fin había nacido, que era nena, pesaba 2.950 y medía 51 cm. Y que estaba bien, vamos.

A mi madre le regaló un ramo de flores con una orquídea.

Y así arranqué en este mundo, parece. No me ha ido nada mal. O sí, pero no importa. Porque los que importan están ahí.

Ah, el doctor puso música clásica.

martes, septiembre 01, 2009

receta para el mal humor

cuando estoy así, de mal humor (las causas no vienen al caso) hacer algo útil ayuda.

en este caso, cocinar.

así que, para no postear dos veces, pasen a miguita de pan y cenen conmigo.

ah, yo cocino pero ustedes llevan el vino...

lunes, agosto 31, 2009


hoy, las damiselas en peligro ya no se dejan crecer las trenzas, pues han instalado ascensores en sus respectivas torres.

sábado, agosto 22, 2009

dust in the wind que se me mete en los ojos

Acosados por la nostalgia, se escucha de todo, pero, cada tanto vale la pena.

Estoy horneando unos muffins y mientras, busco algo de interés en la tele, a sabiendas de la escasa propuesta y como más de una vez, termino en el 5.

Está buscadores y, como decía, en honor a la nostalgia proyectaron este video: Kanasas y Dust in the wind...



Y mientras, por alguna razón recordé esta canción de Leo Maslíah. Así que las posteo las dos, porque, a quien no le pasó de ir contra el viento y que se le llenen los ojos de tierra???

jueves, agosto 20, 2009

Nadie me ama....



Hoy me acordaba de aquella publicidad que usaba esta canción de Nat King Cole, de lo que sí no me puedo acordar de qué era, aunque tengo la leve idea de que eran artefactos viejos.

No la encuentro en internet, lo cual me preocupa.

En fin, la cosa era hacer un dúo con el tocayo y cantar... nadie me amaaaaa...... así, como lo canta él.

domingo, agosto 16, 2009

muñequitas

estoy dibujando princesas para mis sobrinas

Princesas... en realidad les dibujos unas muñequitas con vestidos que ellas luego pintan. Son bastante malos, pero a ellas les gustan...

decía, estoy haciendo lo que ellas llaman "princesas" para que luego las pinten. Ahora se fueron a dormir y tengo ganas de hacer lo mismo, pero si no cumplo con la cuota de dibujos pactada, se complica.

Hice un alto porque mientras las dibujaba recordé que las empiezo a hacer igual igual a cómo mi madre empezaba las muñecas que yo le pedía me dibujara. Esto es, por el rostro que es como una U pero sin que las patitas lleguen a la misma altura... después el pelo, el cuerpo, etc.. pero siempre empiezo por lo mismo.

nada, recordé eso y quería dejarlo anotado.

buenas noches.

lunes, julio 13, 2009

un té y otras nimiedades

“Lo peor que me pasó en la vida, fue comer dulce de membrillo” dijo Magalí, que tiene 6 años.

Esperemos que a los 60 siga siendo el dulce de membrillo lo peor que le pasó a Magalí, aunque sospecho que cuando lo cruce con queso, no va a tener tan mala opinión de él.

A mí no me gustaba nada el dulce de batata. Sigue sin gustarme. Pero por aquellos años ya me pasaban cosas peores.

De todas formas, no iba a hablar de desgracias, sino de menudencias.

Un simple yuyo, la marcela. Tan simple! Conocida también como vira-vira, la Achyrocline satureioids se llama marcela porque crece en marzo. Así de fácil.

Mientras el agua se teñía de amarillo en la taza el vapor se metía por la nariz y se hacía recuerdos.

Mi casa tenía dos plantas, en la de arriba, vivían mis abuelos. Un tiempo yo dormí en un cuarto allí y compartía mucho tiempo con ellos.

Los rituales comenzaban temprano: a la hora de la comedia de la noche, en general brasilera como la Reina de la Chatarra, se prendía la estufa a querosén para calentar el ambiente y de paso algo para picar. La estufa tenía arriba como una chapa donde ponía desde refuercitos de jamón y queso hasta rosquitas de chicharrones caseras para que quedaran calentitos para el mate.

A veces también mirábamos el crucero del amor o reportera del crímen, dependía del día. Después de la picadita, mi abuela ya ponía la caldera en la estufa para luego llenar la bolsa de agua caliente.

Terminaba lo que había que ver en la tele y mi abuela iba a la cocina. Prendía la cocina y ponía agua para el té. Todas las noches hacía dos vasitos de té de marcela: uno para cada uno. Mientras, yo me sentaba en una silla cerca de la mesada y hablaba. Hablaba mucho. Mujer paciente y sabia, nunca me dijo: no digas pavadas. Y eso que era mi especialidad. Se tomaba en serio mis comentarios de gurisita.

Luego, a acostarse. Los cuartos eran como en las casas de antes, comunicados con puertas. Mi abuela la dejaba entornada por las dudas.

En ambos cuartos la luz para iluminar el rato de lectura nocturna y luego la despedida.

Quien apagaba la luz primero decía:
-buenas noches!
El otro lado contestaba:
-que descanses! o que descansen!
-Igualmente
-Gracias!

Siempre el mismo diálogo, por años. Hoy lo recordé, sólo por el aroma de la marcela. Y lo escribo porque no lo quiero olvidar. No tomo marcela tan seguido.

Escribiendo esto también recordé que los días muy fríos y cuando mis abuelos estaban más viejitos, mirábamos tele pero ellos en su cama y yo encaramada en la misma sillita de cardo con almohadón que mi abuela me preparaba.

Vienen más recuerdos… voy a atenderlos.

Buenas noches…

jueves, julio 09, 2009

no sé

yo sé que no vengo muy seguido por estos lados. ultimamente (meses) no tengo ganas de escribir. Tampoco tengo mucho material interesante como para que valga la pena.

Hablar de actualidad? no. La gente me tiene bastante harta. Me cansan los que se quejan todo el tiempo de lo mal que les va sin tener idea de lo que es que te vaya mal en serio, me agotan las noticias manipuladas donde intentan mantenerme en mi casa y con miedo a todo, los políticos desbordaron los límites de mi tolerancia y el mundo está bastante de cabeza.

Desarrollar alguno de estos temas... no. de pensarlo ya me agita la válvula, como diría Ignatius.

sobre mi? ahhhh no. mejor no. no sabría por donde empezar y como viene la mano, tampoco quedaría nada en claro.

ficción? no sé. lo más parecido son los sueños, que ya los relato en oníricos varios.

estoy leyendo muy poco, así que no puedo comentar ningún libro.

Sí estuve viendo mucho cine y algunas series. eso podría ser... tengo algunas reflexiones al respecto.

pero no ahora... ahora me voy a dormir.

gracias por pasar... perdón que te hice perder el tiempo...

jueves, mayo 14, 2009

Y el mar en todo: Somos quienes no somos, y la vida es veloz y triste.

El ruido de las olas por la noche es un ruido de la noche; ¡y cuántos lo han oído en su propia alma, como la esperanza constante que se deshace en la oscuridad como un ruido sordo de espuma profunda!

¡Qué lágrimas lloraron los que obtuvieron, qué lágrimas perdieron los que consiguieron!

Y todo esto, durante el paseo en la orilla del mar, se me tornó el secreto de la noche y la confidencia del abismo. ¡Cuántos somos! ¡Cuántos nos engañamos! ¡Qué mares suenan en nosotros, en la noche de ser nosotros, por las playas que nos sentimos en los encharcamientos de la emoción!

Lo que se ha perdido, lo que se debería haber perdido, lo que se ha conseguido y ha satisfecho por error, lo que amamos y perdimos y, después de perderlo, vimos, amándolo por haberlo tenido, que no lo habíamos amado; lo que creíamos que pensábamos cuando sentíamos; lo que era un recuerdo y creíamos que era una emoción; y el mar en todo, llegando allá, rumoroso y fresco, del gran fondo de toda la noche, a agitarse fino en la playa, en el decurso nocturno de mi paseo a la orilla del mar...

¿Quien sabe siquiera lo que piensa, o lo que desea?

¿Quién sabe lo que es para sí mismo? ¡Cuántas cosas sugiere la música y nos sabe bien que no pueda ser! ¡Cuántas recuerda la noche y lloramos, y no han sido nunca! Como una voz suelta de la paz tumbada a lo largo, el enrollamiento de la ola estalla y se enfría y hay un salivar audible por la playa invisible.

¡Cuánto me muero si siento por todo! ¡Cuánto siento si así vagabundeo, incorpóreo y humano, con el corazón parado como una playa, y todo el mar de todo, en la noche que vivimos, batiendo alto, zumbón, y se enfría, en mi eterno paseo a la orilla del mar.

(Pessoa/Libro del desasosiego. Fragmento 250, La muerte del príncipe, publicado en el número 27 de presença 1930)