Bueno, se acabó el velorio, abramos las ventanas de este blog, que entre sol de otoño, la buena brisa fresca y algunas hojas también, por qué no. Es hora de cambiar de aires.
Y sí, ayer estaba muy triste, tanto tanto que ni yo me soporté mucho más. Robertö tiró un par de buenas ideas que puse en práctica, pues tampoco era cuestión de andar penando por este mundo de Dios ni de andar plañendo en el mundo blogger.
Como bien dirían las selecciones, tenemos a la risa, remedio infalible (a pesar del amargo del hermano George que sostenía el “Decimus humilitatis gradus est si non sit facilis ac promptus in risu, quia scriptum est: stultus in risu exaltat vocem suam.” Prefiero a William que la defendía diciendo “la risa es una buena medicina para curar los humores y otras afecciones del cuerpo, sobre todo la melancolía”. y “la risa es propia del hombre, es signo de su racionalidad.”)
La risa es buen remedio. No porque uno se olvide de los problemas y pesares, sino que se hacen más llevaderos y nos deja ver las respuestas y soluciones con más claridad.
Así que para los que sostienen que La risa abunda en la boca de los tontos, les contesto lo que Victor Hugo: La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano.
Por eso estuvo bueno volver por lo de Rodia anoche y reírme con Marcos y Daniel. Pero quiero compartir una anécdota de mi propia cosecha, que hoy por casualidad recordé y me hizo reír un buen rato.
Más o menos acá todos saben que trabajo en radio. Hago por ahí un programa en el horario de la tarde. Más que nada música y algún parloteo mío para que no se duerman.
El año pasado, el viernes víspera del día de la madre tuve la ocurrente y original idea de dedicarles el tema de Pappo, Mi vieja. (soy mortalmente original, ya ven)
Pero lo que podría haber sido un cierre común y silvestre, más o menos como el de cientos de programas ese día, se transformó en un momento mágico.
El operador, con singular destreza se confundió de disco, todos los hados y genios malvados contribuyeron a que este sujeto pusiera en la bandeja un disco de una ensalada musical diferente al que yo le pedí, donde justo, pero justo el tema 12 –como el de Pappo- era “inmaculada” de Pabellón Psiquiátrico
Ah… no lo conocen… acá está la letra, dice así:
Inmaculada
Ya se que las mujeres no son perfectas
Tienen un defectillo entre las piernas
Unas lo tienen más o menos pequeño
Y otras lo tienen grande, como es mi sueño
Pero esta chiquita de la que hablo
Más que tener un nido, tenía un establo
Le metí una mano, le metí una pierna
Le metí la cabeza y hasta una llave inglesa
Le metí las narices, y dentro me caí
Le metí el sombrero, le metí una oreja
Le metí un saxofón y un helado de fresas
Le metí el bocadillo, y dentro me quede.
(Seguí cayendo dentro de ella, creí que aquel seria EL OCASO!!!!!)
Pero no creas que acaba ahí la cosa
Entre cuatro paredes de color rosa
Después de poco rato encontré gente
Todos me repetían la misma suerte.
Le metí una mano, le metí una pierna
Le metí la cabeza y hasta una llave inglesa
Le metí las narices, y dentro me caí
Le metí el sombrero, le metí una oreja
Le metí un saxofón y un helado de fresas
Le metí el bocadillo, y dentro me quede.
Hace ya mucho tiempo de esto que cuento
Por eso los niños piensan que me lo invento
Yo sigo aquí dentro igual que tu
Que te creías que era el cielo azul.
Le metí una mano, le metí una pierna
Le metí la cabeza y hasta una llave inglesa
Le metí las narices, y dentro me caí
Le metí el sombrero, le metí una oreja
Le metí un saxofón y un helado de fresas
Le metí el bocadillo, y dentro me quede.
Maravilloso: acababa de decirles "conchudas" a miles de madres de este país. Me agarró tal ataque de risa nerviosa… tuve que volver como pude a pedir disculpas y rectificar el error, sin quemar al operador al aire. Ma-ra-vi-llo-so.
A mi me gusta escandalizar a las viejas, pero creo que en esto se nos fue la mano… (la pierna… etc)
Ah… que les prometí una anécdota graciosa y esta no lo fue? Lamento, seguiré participando.
5 comentarios:
Interesante cosa, soportar los errores ajenos. Y los propios también es gran cosa aprender a soportarlos.
Gracias por la mención. Yo decía nomás...
Se soportan mejor los ajenos, le diré.
De nada, ud decía nomás, pero dijo bien.
Bueno, Circe, después cuente las llamadas que recibió a continuación.
no, no... nadie llamó, zeta. Se entendió que fue un error
Circe, las grandes cosas suelen serlo. Es un principio de la Historia, que ésta intenta soslayar, y no hace más que marcar con fluo.
Publicar un comentario