Hace un rato venía para Macondo (chico) con una amiga. Tomamos una ruta vecinal, ya noche cerrada pero sin luna.
Mi amiga ya me conoce y no le pareció raro que en el medio del camino, en el medio de la nada le pidiera para bajar un poquito.
Amigos, háganlo alguna vez.
El cielo tan negro, todas las estrellas, las tenues nubes de la Vía Láctea. Y bajo el horizonte, otro cielo estrellado, el de los bichitos de luz.
Perdón, es tan hermoso y yo estropeándolo con palabras torpes.
Si pueden, cuando hagan ruta, paren en el medio de la nada, apaguen las luces del auto, no caminen, no hablen… vean, huelan y escuchen.
Después me cuentan.
5 comentarios:
:)
Es cierto, el cielo fuera de la ciudad es otra cosa.
Che, tenes mal el link en tu blog de wordpress. Ya te habran avisado. Aviso de vuelta ;)
gracias!
es terrible, nadie me avisó pero yo sabía, pero soy un desastre...
yo voy a acampar al medio de la nada 2 veces al año... las noches son algo indescriptible, lejos de los ruidos y luces de la ciudad hay otro mundo, con más astros, y miles de cosas para descubrir, la verdad no podría vivir sin ese respiro anual
Si, si. Muy lindo.
Supongo que el que vive en el campo dirá lo mismo de la ciudad.
Así que al final no hay absolutos.
vinilica, acampar ya es bueno y acampar lejos es mucho mejor..
zeta, nadie habló de absolutos. Precisamente no hace mucho me prguntaba qué era más hermoso si la naturaleza y su obra en la patagonia o los frescos de miguel angel en la capilla sixtina... es diferente pero ambos cortan el aliento.
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