martes, junio 17, 2008

Herencia Bendita.


Ayer pasé por los fondos de una escuela, casi terminaba el recreo, sonaba una campana y unas maestras trataban de arrear a las blancas palomitas sudadas para que ingresaran otra vez en el recinto escolar. Se resistían, no hay no que explicarlo.

Me maravilló ver que el recreo es un patio donde se detiene el tiempo. Sólo si notamos a esos nenes que mandan mensajes por celular acusaríamos el verdadero año, por lo demás, esos niños podían ser los de 20 años atrás.

Todavía se escuchaban los últimos gritos de los varones que jugaban al fútbol con una pelota hecha de papel. Las nenas jugaban a la rayuela y otros más allá, con las rodillas bastante mugrientas (pero menos mal que existe nevex y una campaña para dejar que los niños se ensucien en paz) ensayaban con las bolitas (y acá tengo que recomendar este ensayo de Dolina sobre el tema). De todas formas, lo que me hizo detener el paso y agradecer no llevar auriculares, fue un canto bien escolar, el conocido:

“opa, opa, Fernanda quiere sopa y Santiago se la da, con un beso en la boca”

Claro, hoy en día se escucha más una Jennifer y un Nahuel, Era una costumbre bastante tonta, se sabe. Y precisamente por eso me pareció curioso que todavía hoy, en pleno siglo veintiuno, se escuche una vez más en el recreo.

Supongo que nunca dejó de escucharse y precisamente eso hace que se perpetúe.

Pero me parece que estoy equivocada. Los tiempos han cambiado, y si para peor o para mejor no lo discuto yo sino los de siempre. Pero sí, cambiaron.

Me gustó pensar por un rato que no, que los recreos son lo que eran. Lo que eran para mí.

No sé si es el sol que entra por la ventana ahora, las mandarinas con ese sabor que también es una máquina del tiempo, las ganas de pasar la tarde jugando a la rayuela, al elástico, saltando a la cuerda o sólo leyendo.

Seguro que ahora los varones me dejarían jugar a la bolita. ¿Los tiempos habrán cambiado tanto? De todas formas creo que hacen bien en no dejarme, porque les ganaría. Flor de puntería tengo. Hasta tengo una bolita favorita, una lecherita.

Ayyy!!, por qué cuando me peina tiene que tirarme tanto del pelo??

-Mamá, dejame ir con le pelo suelto.

-Para que te llenes de piojos?

-No! Para hacer mejor el papel de Diana

-Diana Cazadora?

- noooooo!!! Diana, la mala de V, invasión extraterrestre!
- Pero no eras la buena?

- Es aburrido ser la buena.

- Dale que llegás tarde. Tomá! Comprate algo de merienda para el recreo.

3 comentarios:

Gege dijo...

Yo fuí a la escuela 262 tan sólo 2 años, 1ero y 2do.
Y sin embargo es de ahi de esos años que tengos los recuerdos más nitidos.
Recuerdo que jugabamos a V invasión extraterrestre, pero lo notable de mi rol en este juego es que era completamente improvisado pues el viejo televisor blanco y negro a bujias que había en casa pasaba más roto que funcionando, además mi padre hubiese filtrado los contenidos televisivos de la serie.
Sin embargo yo me iva a la tarde a ver los dibujos a la casa de un amigo y ahí en los comerciales algo agarraba de la serie y mi amigo me contaba.
En fin cuando leí tu post regrese a ese patio, a jugar a V invasión extraterrestre y me acuerdo ahora de una nena, una morochita que realmente me gustaba, me regustaba y ella tambien hacia de Diana.

Que flash, que flash.

Gracias Nat!

Federico dijo...

escuela no!!!

para mí era lo mismo que el infierno

claro que también tengo mis recuerdos

a mí me ponían junto con los que se portaban mal a ver si achicaban un poco

yo era de los buenos, claro

Circe dijo...

mr wolf: habiéndolo perdonado por revelar mi identidad (?) le agradezco su comentario, me emocionó.

Y es así, las morochas malas somos más atractivas, eso ya lo sabía Gárgamel.

Fd. angelito... la maestra no lo quería nada, mi cielo.