miércoles, marzo 05, 2008

Resiliencia II


Esta foto la tomé hace dos años. La que sonríe se llama Marie con su hermana Anne.

Sólo estuve 4 días en lo que se sabe es el país más pobre de América. Fotos de miseria, dolor, pobreza y penurias tengo varias. Igualitas a las que salen en la prensa cada vez que se habla de Haití. Pero, diré que son las tomas más fáciles de captar ya que el estado de la isla es verdaderamente calamitoso.

Pero sigo rescatando esta foto.

-¿porque parece que todo está bien, con niños sonriendo?

No, porque realmente me conmovieron estas chiquitas que en una parada en la zona rural de Les Cayes, se acercaron a donde estábamos y vinieron sin reparos. Las vimos jugar con unos cacharritos al frente de su casa casi derruida.

Qué injusto, che.

Tratando de entendernos entre francés y el poco creole que habíamos aprendido, nos contaron que iban a la escuela y que les gustaba estudiar. Les pedí que anotaran su nombre en mi libreta de apuntes. Les regalé mis caravanas y un collar artesanal que había llevado. Ellas me regalaron su sonrisa y un abrazo. Se me ocurrió preguntarles si eran felices en Haití, me dijeron que sí.

Casi, pero casi les pregunto: ¿Y por qué?

¿Desconocerían, acaso, que viven en el país más pobre de América Latina? ¿O no me entendieron la pregunta? (lo que era factible)

¿O será verdad que se puede ser Feliz, estar bien a pesar de...?

¿Que el universo conspira? ¿¿Te parece??

Resiliencia, ignorancia o simplemente saben que hay cosas más importantes. No sé. No puedo evitar pensar, siempre que veo esta foto, que debería dejar de hacerle upa a mis tristezas. Ya es hora que caminen solitas y se vayan a paseo.

Cuando recorrimos las calles de Puerto Príncipe me sorprendió la mirada adusta de otros, en contraste con la de las niñas y me pareció una característica más que nada de esa ciudad. Pero volví a Montevideo y me preocupa ver que esa mirada también la veo en las calles de acá, es más, la vi en un espejo.

Pero ya no más.

5 comentarios:

Circe dijo...

Astllr y Zeta me preguntaron por qué saqué este post. Les cuento…
Cuando digo que mi epitafio sería: “al fin se decidió por algo”, no es en broma.

Escribir, para mí, no es fácil. Dejar registro de mis pensamientos me da un poco de pavor, la verdad. Yo, que vivo de hablar, me aprovecho de lo efímero de lanzar las palabras al aire. La comprensión debe ser veloz, porque luego llega la duda.

En cambio, lo que queda escrito, queda allí, plasmado para un análisis más detallado, con tiempo para leer y releer.

Miedo a las críticas, puede ser. A no estar de acuerdo con lo que escribí al cabo de 20 minutos, también. A quedar muy expuesta, es posible. A que lo que escribí no refleje lo que verdaderamente quería decir: más que posible, soy bastante torpe en esto.

Y antes de decidirme a contestar esto pasé por el blog de Astllr y me encuentro esta frase de Zeta:

“Tal vez tiene razón. Quizás hay que cuidar muy bien cada post. Todos y cada uno.”

Seguramente porque Astllr tenga razón “Y ese absurdo le da mucho sentido”.

Por qué lo saqué. Es que a media tarde estaba triste y descubrí esa mirada que no quería reflejada en un vidrio por ahí, me acordé del post y no me pareció correcto dejarlo. En el correr de la tarde se me fueron las pavadas, pensé un poco mejor las cosas y volví para poner de nuevo esta entrada.

Pensé en dejar sólo la foto, porque la palabrería de abajo estaba sobrando. Pero tenía que aclarar… contarles cuáles eran mis mil palabras para esta imagen, aunque no valgan mucho.

Zeta dijo...

Sí, bueno, gracias por repostear (je). Pude leerlo fugazmente antes de que usted lo matara, y pasé todo el día evitando espejos. Capaz no concientemente, pero haciendo memoria, no recuerdo haberme reflejado en ninguno durante todo el día.

La verdad, me hizo reflexionar bastante sobre algo que en el fondo ya sabía.
Que ya todos sabemos. La felicidad está en cosas pequeñas, en detalles, y la sabiduría en saber disfrutarlas.

No me dan lástima estas niñas. Me parecen injustas algunas cosas, pero lástima, no. Capaz cuando crezcan, sí. Por algo que tiene que ver con la frase que ha creado para poner junto a su ojo. (Que dicho sea de paso, me da la sensación, y es una sensación mía nomás, Circe, que no se siente ya tan identificada con ella; no porque ya no la crea cierta, sino porque otras cosas la definen.)

Y no tema exponerse, Cir.
Nadie la va a estar juzgando; la queremos mucho. (había puesto muchos, hay que releer; hay que releer las cosas).
Igual no tiene que temer ningún juicio. Capaz le pasó también a usted como a astllr, y ya fue juzgada la semana pasada. Y quizás también, como en el caso de él, poco significa el juicio para el juez.
Le mando un beso.

Zeta dijo...

Ah, me olvidaba, siempre me llamó la atención el color azul en entornos de pobreza. No sé por qué.

astllr dijo...

circe, luego le hablaré sobre el post, sólo le digo que un blog no es escritura del todo, no hay nada más volátil que un blog.

Y si sigo, puedo decirle que la escritura puede ser muy volátil también.

O nada es volátil?

Echa tu pan sobre las aguas
que después de muchos días lo hallarás...

Me dejó pensando

Nada como la duda

Circe dijo...

astllr: hay que ver qué entendemos por escritura. En este caso me refiero a la acción de plasmar las palabras en algún soporte, no al arte.

La verdad, estuve todo el día buscando la forma de explicarle lo que me pasa con ese proceso que va desde la idea a la escritura. Sería algo así: dejar escrito algo es reconocerlo y una forma de recordármelo.

Claro, no es que me tome todo tan a la tremenda y tenga serios dilemas para escribir la lista del supermercado. Va por otro lado y lo dejo ahí porque seguro oscurezco más.

Sobre la volatilidad… para otra entrada!

Gracias por pasar y espero el comentario sobre Haití.

Zeta: aguante un poco que ya le contesto, pero por lo pronto dos cosas: luego no me acuse de andar despeinado por ahí.
y gracias.