A las cuatro y media de la mañana llueve con pereza y está tan dormida Montevideo que se escucha correr el agua entre los adoquines y algún grillo entre trasnochado o madrugador.
El árbol frente a mi balcón está de gala, merced del Otoño y los pequeños brillantes que le regaló la lluvia.
La luz del foco de la vereda es la que ilumina el paisaje y precisamente, por el foco es que veo la lluvia y unas polillas o mosquitos o algún insecto que vuela en torno al resplandor naranja esquivando las gotas.
Es fácil no mojarse cuando uno es tan chiquito… pero una gota, sólo una gota entre las alas y adiós.
La luz del foco de la vereda es la que ilumina el paisaje y precisamente, por el foco es que veo la lluvia y unas polillas o mosquitos o algún insecto que vuela en torno al resplandor naranja esquivando las gotas.
Es fácil no mojarse cuando uno es tan chiquito… pero una gota, sólo una gota entre las alas y adiós.
10 comentarios:
Hablando de polillas le recomiendo Dark Country
La foto también me hizo acordar, claro.
y el foco
A pesar de ser chiquita, a veces envidio esos tamaños minúsculos que saben esquivar las gotas de lluvia.
Y viendo la hora... ¿es usted de los grillos madrugadores o trasnochadores?
Gusto pasar por aqui y encontrarla :)
beso
Zeta, tomo nota. no es de terror, no? Sino no la veo, después me sueño.
Mariluz!!! no sé si las esquivan, te diré.
Y yo ahora estoy trasnochadora, ando con los horarios cruzados.
un besote
Es con Ron Perlman así que un poco de terror es, sí. No le voy a mentir.
Se le rompió el contador, cir.
(ya se lo arreglé)
uh, me imaginé siendo polilla... o recibiendo una gota de mi tamaño...
nopol nopol nopol...
zeta, gracias...
marina, perdone!
jahey... las fortalece!
Publicar un comentario